Hola, soy José Mauricio, vengo de la provincia de Santa Cruz, y mi pueblo se llama Caleta Olivia.
jueves, 23 de junio de 2011
El sistema preventivo de Don Bosco.
En este video, podemos ver los rasgos principales del Sisma Preventivo de Don Bosco, sistema que no sólo sirve para los salesianos, sino también para todo tipo de ámbito educativo, donde lo que se busca es que el joven o el niño, se sienta contenido, acompañado, comprendido, cobijado, tenido en cuenta. El objetivo de este sistema es que los jovenes y niños, sobre todo aquellos que están o corren el riesgo de quedar excluidos del sistema escolar y porque no también de sus familias, encuentren en un lugar como el oratorio (ámbito recreativo por excelencia de los salesianos) la capilla, la catequesis, los scout, los grupos juveniles, etc, un lugar de contención, un lugar de encuentro, de encuentro con Aquel que los ama, a través del ANUNCIO, DEL MENSAJE de Salvación.
jueves, 16 de junio de 2011
domingo, 12 de junio de 2011
¿POR QUÉ FRACASAN TAN POCO LOS NIÑOS?
Los mandamientos cognitivos que la escuela impone implícitamente al niño son diez y pueden resolverse en brevemente esta especie de «tabla de la ley» escolar:
I «Desvincularás gran parte de tu pensamiento de los propósitos e intenciones humanas».
II «Deberás tener una actitud intencional de aprender».
III «Dedicarás selectivamente tu atención a las tareas escolares».
IV «Tratarás de controlar la selección y empleo de tus recursos intelectuales y de memoria».
V «Deberás desarrollar, emplear y compilar estrategias y habilidades especializadas para el tratamiento de la información».
VI «Dominarás rápidamente nuevos modos y códigos de representación».
VII «Tendrás que organizar y descontextualizar progresivamente muchos de tus conceptos, ampliando sistemáticamente tu memoria semántica».
VIII «Emplearás al máximo tus recursos de competencia 1ógica y/o memoria a corto plazo. cuando lo exijan la tarea y el profesor»...
IX «Deberás asimilar realmente los contenidos y generalizar tus esquemas. habilidades y estrategias, no só1o a los que han sido explícitamente enseñados, sino también a otros nuevos».
X «Y. para colmo, deberás parecer un niño interesado y competente».
Los dos mandamientos cognitivos fundamentales con que podrían resumirse todos los demás, son el primero y el décimo, con lo que el asunto suena de este modo: «Desvincularás gran parte de tu pensamiento de los propósitos e intenciones humanas... y, para colmo, deberás parecer un niño interesado y competente».Ahora sí podemos detenernos a comentar cada uno de los mandamientos cognitivos, estableciendo rápida-mente sus relaciones con el problema del fracaso escolar.
PRIMER MANDAMIENTO: «DESVINCULARÁS GRAN PARTE DE TU PENSAMIENTO DE LOS PROPÓSITOS E INTENCIONES HUMANAS»
Como ha señalado Margaret Donaldson (1979), la escuela le plantea al niño la necesidad de emplear un pensamiento desvinculado. «Desvinculado» no significa, en este contexto, «incoherente» (todo lo contrario), sino ajeno a los intereses, los significados y las intenciones humanas que constituyen la matriz de origen del pensamiento infantil En realidad, antes de incorporarse como reclutas» (ibid) al sistema escolar, los niños han realizado, en pocos años, proezas cognitivas de una importancia considerable: dominan varios sistemas generales de representación en activa (imagen mental, juego simbólico), analógica (imagen mental y algo de dibujo, a veces) y analítica (lenguaje oral), y son capaces de utilizar estrategias complejas de razonamiento, indagación y solución de problemas «siempre que se enfrenten con situaciones plenas de sentido y correspondientes a la vida real, con respecto a las cuales tengan propósitos e intenciones y puedan reconocer propósitos e intenciones similares en otros y responder a ellos» (Donaldson, op. cit., p. 143).
Podríamos decir que, cuando entra en la escuela, e niño posee una notable competencia de «pensamiento vinculado», originado en situaciones interactivas en que se expresan significados concretos, episodios reales, intenciones y propósitos humanos. A pesar de la escasa sensibilidad de los modelos cognitivos tradicionales (por ejemplo, el de Piaget, 1969, o el de procesamiento de la información, vid. Farnham-Diggory,1972) hacia la importancia de las interacciones precoces en el origen del conocimiento, las investigaciones recientes en psicología evolutiva dan cada vez más fundamento empírico a la vieja idea de Vygotski (1978) de que las funciones psicológicas superiores de formación de conceptos, atención, competencia 1ógica y solución de problemas tienen un origen interpersonal. En el desarrollo posterior del escolar y el adulto, las funciones superiores conservan, por así decirlo, la «huella» de su origen, que se muestra en fenómenos como los de influencia de los contenidos y significados en los procesos de razonamiento adulto (Morgan y Morton, 1977; Henle y Michael, 1977) y de facilitación de problemas 1ógicos cuando se concretan sus formulaciones a situaciones «reales» en vez de presentarlas con símbolos abstractos (Wason y Johnson-Laird, 1980). En el niño, la influencia del contenido del pensamiento sobre su forma es aún mayor y lo es, por tanto, la dificultad para emplear un pensamiento «formalizado», con abstracción de contenidos (una ilustración muy evidente de ello es la enorme frecuencia de fracasos escolares en matemáticas). No cabe duda de que la escuela exige una «formalización progresiva» del pensamiento y, en los adultos que no han pasado por ella, la influencia de los contenidos en la forma de razonar es mayor (Luria,1976) . Las intenciones «formalizadoras» del sistema escolar quedan bien ejemplificadas en el caso de M., un niño muy cercano al autor de este artículo, que, al volver a casa después de su primer día de colegio, traía dos libros con los siguientes títulos: Lógica matemática para párvulos I y. Lógica matemática para párvulos II. Aquel día, que recuerdo con escalofríos, me demostró con claridad que M. ya era, efectivamente, un escolar.
DÉCIMO MANDAMIENTO; «Y PARA COLMO, DEBERÁS PARECER UN NIÑO INTERESADO Y COMPETENTE».
El fracaso escolar es, «last but not least» (por último pero no menos importante), una cuestión de percepción interpersonal, y es muy conocido el dato de que las expectativas y percepciones de los educadores pueden determinar decisivamente las posibilidades de éxito o fracaso de sus alumnos.
Se preguntará el lector cómo es que no fracasan más niños aún, siendo tan exigentes los mandamientos escolares y variadas las posibilidades de fracaso... sinceramente, no lo sé. Esa era precisamente mi pregunta. También se preguntará qué prescripciones permite deducir el análisis cognitivo de los «mandamientos escolares», para impedir o prevenir los fracasos. Para responder a esta pregunta, tendríamos que retomar, ahora, la otra cara de esta descripción y decir que, como los del Monte Sinaí, los «mandamientos cognitivos» que la escuela prescribe idealmente al educador son diez:
I «Vincularás, en lo posible, los contenidos escolares a propósitos e intenciones humanas y situaciones interactivas» .
II «Te servirás de la atención exploratoria del niño como recurso educativo, y asegurarás su atención selectiva sólo en períodos en que ésta pueda ser mantenida».
III «Procurarás al niño tareas de orientación adecuadas, procedimientos de análisis profundo y ocasiones frecuentes de aprendizaje incidental».
IV «Le enseñarás a planear el uso y selección de sus recursos cognitivos».
V «Proporcionarás las estrategias y habilidades especializadas, exigidas por las tareas».
VI «Asegurarás el dominio de los códigos de representación para permitir su empleo creativo».
VII «Tratarás de organizar sus conocimientos con esquemas y de descontar sus conceptos empleando inteligentemente los ejemplos».
VIII «Asegurarás que las exigencias de programa no desborden su competencia 1ógica y las posibilidades de su memoria a corto plazo».
IX «Te preocuparás de asegurar la asimilación y adiestrar específicamente la generalización de los contenidos».
X «Y para colmo, valorarás también a los niños que no se muestren interesados y/o competentes».
También pueden resumirse en dos. E1 primero y el décimo resumen las prescripciones del educador, porque la mejor prevención del fracaso escolar es la escuela activa y viva con una multiplicidad de valores, no centrados exclusivamente en el «pensamiento desvinculado». Y es que el fracaso escolar es, en gran parte, el fracaso del rígido sistema de valores de la escuela.
A todo esto, no hay que olvidar el ámbito familiar, que influye y mucho a que el niño, el joven, el adulto, no se conviertan en desertores escolares, si la flia es un lugar de contención y aliento, si es un lugar donde se sientes cobijados y alentados a estudiar, no tendremos excluidos escolares o fracasos escolares.
Extractado de Ángel Rivière
I «Desvincularás gran parte de tu pensamiento de los propósitos e intenciones humanas».
II «Deberás tener una actitud intencional de aprender».
III «Dedicarás selectivamente tu atención a las tareas escolares».
IV «Tratarás de controlar la selección y empleo de tus recursos intelectuales y de memoria».
V «Deberás desarrollar, emplear y compilar estrategias y habilidades especializadas para el tratamiento de la información».
VI «Dominarás rápidamente nuevos modos y códigos de representación».
VII «Tendrás que organizar y descontextualizar progresivamente muchos de tus conceptos, ampliando sistemáticamente tu memoria semántica».
VIII «Emplearás al máximo tus recursos de competencia 1ógica y/o memoria a corto plazo. cuando lo exijan la tarea y el profesor»...
IX «Deberás asimilar realmente los contenidos y generalizar tus esquemas. habilidades y estrategias, no só1o a los que han sido explícitamente enseñados, sino también a otros nuevos».
X «Y. para colmo, deberás parecer un niño interesado y competente».
Los dos mandamientos cognitivos fundamentales con que podrían resumirse todos los demás, son el primero y el décimo, con lo que el asunto suena de este modo: «Desvincularás gran parte de tu pensamiento de los propósitos e intenciones humanas... y, para colmo, deberás parecer un niño interesado y competente».Ahora sí podemos detenernos a comentar cada uno de los mandamientos cognitivos, estableciendo rápida-mente sus relaciones con el problema del fracaso escolar.
PRIMER MANDAMIENTO: «DESVINCULARÁS GRAN PARTE DE TU PENSAMIENTO DE LOS PROPÓSITOS E INTENCIONES HUMANAS»
Como ha señalado Margaret Donaldson (1979), la escuela le plantea al niño la necesidad de emplear un pensamiento desvinculado. «Desvinculado» no significa, en este contexto, «incoherente» (todo lo contrario), sino ajeno a los intereses, los significados y las intenciones humanas que constituyen la matriz de origen del pensamiento infantil En realidad, antes de incorporarse como reclutas» (ibid) al sistema escolar, los niños han realizado, en pocos años, proezas cognitivas de una importancia considerable: dominan varios sistemas generales de representación en activa (imagen mental, juego simbólico), analógica (imagen mental y algo de dibujo, a veces) y analítica (lenguaje oral), y son capaces de utilizar estrategias complejas de razonamiento, indagación y solución de problemas «siempre que se enfrenten con situaciones plenas de sentido y correspondientes a la vida real, con respecto a las cuales tengan propósitos e intenciones y puedan reconocer propósitos e intenciones similares en otros y responder a ellos» (Donaldson, op. cit., p. 143).
Podríamos decir que, cuando entra en la escuela, e niño posee una notable competencia de «pensamiento vinculado», originado en situaciones interactivas en que se expresan significados concretos, episodios reales, intenciones y propósitos humanos. A pesar de la escasa sensibilidad de los modelos cognitivos tradicionales (por ejemplo, el de Piaget, 1969, o el de procesamiento de la información, vid. Farnham-Diggory,1972) hacia la importancia de las interacciones precoces en el origen del conocimiento, las investigaciones recientes en psicología evolutiva dan cada vez más fundamento empírico a la vieja idea de Vygotski (1978) de que las funciones psicológicas superiores de formación de conceptos, atención, competencia 1ógica y solución de problemas tienen un origen interpersonal. En el desarrollo posterior del escolar y el adulto, las funciones superiores conservan, por así decirlo, la «huella» de su origen, que se muestra en fenómenos como los de influencia de los contenidos y significados en los procesos de razonamiento adulto (Morgan y Morton, 1977; Henle y Michael, 1977) y de facilitación de problemas 1ógicos cuando se concretan sus formulaciones a situaciones «reales» en vez de presentarlas con símbolos abstractos (Wason y Johnson-Laird, 1980). En el niño, la influencia del contenido del pensamiento sobre su forma es aún mayor y lo es, por tanto, la dificultad para emplear un pensamiento «formalizado», con abstracción de contenidos (una ilustración muy evidente de ello es la enorme frecuencia de fracasos escolares en matemáticas). No cabe duda de que la escuela exige una «formalización progresiva» del pensamiento y, en los adultos que no han pasado por ella, la influencia de los contenidos en la forma de razonar es mayor (Luria,1976) . Las intenciones «formalizadoras» del sistema escolar quedan bien ejemplificadas en el caso de M., un niño muy cercano al autor de este artículo, que, al volver a casa después de su primer día de colegio, traía dos libros con los siguientes títulos: Lógica matemática para párvulos I y. Lógica matemática para párvulos II. Aquel día, que recuerdo con escalofríos, me demostró con claridad que M. ya era, efectivamente, un escolar.
DÉCIMO MANDAMIENTO; «Y PARA COLMO, DEBERÁS PARECER UN NIÑO INTERESADO Y COMPETENTE».
El fracaso escolar es, «last but not least» (por último pero no menos importante), una cuestión de percepción interpersonal, y es muy conocido el dato de que las expectativas y percepciones de los educadores pueden determinar decisivamente las posibilidades de éxito o fracaso de sus alumnos.
Se preguntará el lector cómo es que no fracasan más niños aún, siendo tan exigentes los mandamientos escolares y variadas las posibilidades de fracaso... sinceramente, no lo sé. Esa era precisamente mi pregunta. También se preguntará qué prescripciones permite deducir el análisis cognitivo de los «mandamientos escolares», para impedir o prevenir los fracasos. Para responder a esta pregunta, tendríamos que retomar, ahora, la otra cara de esta descripción y decir que, como los del Monte Sinaí, los «mandamientos cognitivos» que la escuela prescribe idealmente al educador son diez:
I «Vincularás, en lo posible, los contenidos escolares a propósitos e intenciones humanas y situaciones interactivas» .
II «Te servirás de la atención exploratoria del niño como recurso educativo, y asegurarás su atención selectiva sólo en períodos en que ésta pueda ser mantenida».
III «Procurarás al niño tareas de orientación adecuadas, procedimientos de análisis profundo y ocasiones frecuentes de aprendizaje incidental».
IV «Le enseñarás a planear el uso y selección de sus recursos cognitivos».
V «Proporcionarás las estrategias y habilidades especializadas, exigidas por las tareas».
VI «Asegurarás el dominio de los códigos de representación para permitir su empleo creativo».
VII «Tratarás de organizar sus conocimientos con esquemas y de descontar sus conceptos empleando inteligentemente los ejemplos».
VIII «Asegurarás que las exigencias de programa no desborden su competencia 1ógica y las posibilidades de su memoria a corto plazo».
IX «Te preocuparás de asegurar la asimilación y adiestrar específicamente la generalización de los contenidos».
X «Y para colmo, valorarás también a los niños que no se muestren interesados y/o competentes».
También pueden resumirse en dos. E1 primero y el décimo resumen las prescripciones del educador, porque la mejor prevención del fracaso escolar es la escuela activa y viva con una multiplicidad de valores, no centrados exclusivamente en el «pensamiento desvinculado». Y es que el fracaso escolar es, en gran parte, el fracaso del rígido sistema de valores de la escuela.
A todo esto, no hay que olvidar el ámbito familiar, que influye y mucho a que el niño, el joven, el adulto, no se conviertan en desertores escolares, si la flia es un lugar de contención y aliento, si es un lugar donde se sientes cobijados y alentados a estudiar, no tendremos excluidos escolares o fracasos escolares.
Extractado de Ángel Rivière
lunes, 6 de junio de 2011
¿Una Escuela Inclusiva?
El foco de atención se centra en el alumnado en riesgo de exclusión educativa, y por consiguiente de fracaso escolar.
Es importante poder pensar que estas dos palabras Exclusión y Fracaso, no son sólo palabras que tienen un contenido determinado y poseen un determinado significado, sino más bien, son palabras que están llenas de un contenido cualitativo, ya que son los alumnos los que cargan con estas palabras, es una mochila que ello deben llevar en sus vidas, por que fueron excluidos y han fracasado en el sistema educativo, por diversos motivos, no olvidemos que tienen rostros concretos, nombres concretos e historias concretas. Y en el imaginario colectivo, el fracaso es de los alumnos, no de la escuela.
Entendemos por “exclusión educativa” para referirnos entre otras cosas, a estudiantes que quedan fuera del sistema educativo sin haber conseguido la titulación correspondiente al grado obligatorio; lo que se considera el fracaso escolar por antonomasia (Escudero, 2007).
En un contexto caracterizado por el progresivo impacto de la globalización cultural y económica, las instituciones tradicionales de socialización como la familia y la escuela se ven seriamente interpeladas. La incidencia de estos cambios alteran las condiciones de vida y el sentido de los proyectos personales gestados en y a través de la participación en el sistema educativo. Entre una de estas transformaciones que recalan en la vida de las nuevas generaciones se encuentra la multiplicación cualitativa y cuantitativa de las situaciones de vulnerabilidad y precariedad, incidiendo ello en que los jóvenes caigan en situaciones de riesgos y sean víctimas de la deserción escolar temprana (Aparicio, 2009).
No debemos olvidar, que también dentro de los factores que este autor menciona sobre posibles contextos que favorecen al fracaso, es también la estigmatización que los docentes hacen de sus alumnos, la falta de hábitos de lectura, de investigación, de reflexión en los hogares y también, por que no, en las mismas aulas
La eficacia escolar se operativiza en términos de valor añadido: entendiendo por eficacia el progreso de los alumnos teniendo en cuenta su rendimiento previo y su historial sociocultural; es decir, lo que la escuela le aporta al estudiante. En segundo término, consideramos la equidad como un elemento básico en el concepto de eficacia.
Si destacamos que el objetivo irrenunciable de todo centro y todo sistema educativo es el desarrollo integral de los estudiantes. Es decir, del desarrollo de la compresión lectora o el cálculo, pero también de la felicidad de los alumnos, su autoconcepto, o su actitud creativa y crítica. Desde esta perspectiva, una escuela eficaz es una condición necesaria aunque quizá no suficiente, de una escuela de calidad (Murillo, 2008).
Muchas veces, las políticas educativas o los políticos, piensan que equidad educativa es repartir a todas las escuelas del país computadoras de último modelo, con os últimos programas y con todos los accesos posibles a internet y toda la tecnología que podamos acceder en este mundo tecno-globalizado, ahora, es ¿equidad educativa tener una computadora si no tengo electricidad?, ¿es equidad educativa tener la computadora, si los chicos pasan hambre y frio? ¿es equidad educativa tener una computadora cuando los docentes no están capacitados debidamente para usarla y enseñar a usarla? ¿es equidad educativa tener una computadora si el edificio educativo se está viniendo abajo?
Como se ve la equidad educativa no sólo pasa por tener los últimos avances tecnológicos, pasa más bien por lograr otros “avances” que no son “tan tecnológicos” como un calefactor, agua potable, electricidad, docentes bien formados, contenidos claros, familias que contengan, socio-afectivamente, a los alumnos, etc de factores, pero sobre todo a mi entender, una Política Educativa Seria!!!!.
Extractos del Texto “Escuela Inclusiva” José Mª Fernández Batanero
Es importante poder pensar que estas dos palabras Exclusión y Fracaso, no son sólo palabras que tienen un contenido determinado y poseen un determinado significado, sino más bien, son palabras que están llenas de un contenido cualitativo, ya que son los alumnos los que cargan con estas palabras, es una mochila que ello deben llevar en sus vidas, por que fueron excluidos y han fracasado en el sistema educativo, por diversos motivos, no olvidemos que tienen rostros concretos, nombres concretos e historias concretas. Y en el imaginario colectivo, el fracaso es de los alumnos, no de la escuela.
Entendemos por “exclusión educativa” para referirnos entre otras cosas, a estudiantes que quedan fuera del sistema educativo sin haber conseguido la titulación correspondiente al grado obligatorio; lo que se considera el fracaso escolar por antonomasia (Escudero, 2007).
En un contexto caracterizado por el progresivo impacto de la globalización cultural y económica, las instituciones tradicionales de socialización como la familia y la escuela se ven seriamente interpeladas. La incidencia de estos cambios alteran las condiciones de vida y el sentido de los proyectos personales gestados en y a través de la participación en el sistema educativo. Entre una de estas transformaciones que recalan en la vida de las nuevas generaciones se encuentra la multiplicación cualitativa y cuantitativa de las situaciones de vulnerabilidad y precariedad, incidiendo ello en que los jóvenes caigan en situaciones de riesgos y sean víctimas de la deserción escolar temprana (Aparicio, 2009).
No debemos olvidar, que también dentro de los factores que este autor menciona sobre posibles contextos que favorecen al fracaso, es también la estigmatización que los docentes hacen de sus alumnos, la falta de hábitos de lectura, de investigación, de reflexión en los hogares y también, por que no, en las mismas aulas
La eficacia escolar se operativiza en términos de valor añadido: entendiendo por eficacia el progreso de los alumnos teniendo en cuenta su rendimiento previo y su historial sociocultural; es decir, lo que la escuela le aporta al estudiante. En segundo término, consideramos la equidad como un elemento básico en el concepto de eficacia.
Si destacamos que el objetivo irrenunciable de todo centro y todo sistema educativo es el desarrollo integral de los estudiantes. Es decir, del desarrollo de la compresión lectora o el cálculo, pero también de la felicidad de los alumnos, su autoconcepto, o su actitud creativa y crítica. Desde esta perspectiva, una escuela eficaz es una condición necesaria aunque quizá no suficiente, de una escuela de calidad (Murillo, 2008).
Muchas veces, las políticas educativas o los políticos, piensan que equidad educativa es repartir a todas las escuelas del país computadoras de último modelo, con os últimos programas y con todos los accesos posibles a internet y toda la tecnología que podamos acceder en este mundo tecno-globalizado, ahora, es ¿equidad educativa tener una computadora si no tengo electricidad?, ¿es equidad educativa tener la computadora, si los chicos pasan hambre y frio? ¿es equidad educativa tener una computadora cuando los docentes no están capacitados debidamente para usarla y enseñar a usarla? ¿es equidad educativa tener una computadora si el edificio educativo se está viniendo abajo?
Como se ve la equidad educativa no sólo pasa por tener los últimos avances tecnológicos, pasa más bien por lograr otros “avances” que no son “tan tecnológicos” como un calefactor, agua potable, electricidad, docentes bien formados, contenidos claros, familias que contengan, socio-afectivamente, a los alumnos, etc de factores, pero sobre todo a mi entender, una Política Educativa Seria!!!!.
Extractos del Texto “Escuela Inclusiva” José Mª Fernández Batanero
viernes, 3 de junio de 2011
Aprovechemos la plasticidad de los niños, para ANUNCIAR!!!!
"El ser humano en sus primeros años de vida es extremadamente "plástico", aprende con facilidad innumerables cosas y adquiere habilidades sorprendentes, como hablar y cantar, leer y escribir, jugar y compartir." A partir de la "plasticidad" que propone Battro, es que a mi entender, debemos realizar el Anuncio Kerigmático, de este Dios que se hizo hombre, que se metió en nuestra historia y que nos salva a apartir de ella. Este anuncio debe hacerse de tal manera que los niños puedan comprender que Dios es Amor, que nos quiere y que nos cuida, a cada uno de ellos y sobre todo a su familia. Tener la precaución de hablar en "su idioma" no quiere decir menospreciar ni minimizar la capacidad intelectual de los niños. Sabes que todo aquello que en esta edad podamos "sembrar" en el corazón del niño, se irá arraigando y Dios irá preparando un lugar en su corazón.
"Tanto en la vida cotidiana como en la escuela los niños funcionan en diferentes niveles de comprensión y de habilidad. Un funcionamiento óptimo exige un apoyo explícito del maestro. Cuando ese soporte desaparece muchas veces también decae el nivel de aprendizaje, que se vuelve a recuperar, transitoriamente, con un nuevo apoyo, hasta que finalmente se estabiliza en el nivel óptimo." El apoyo que propone Battro para la comprensión de los niños, la asemejo al acompañamiento que los catequistas debemos tener para cn los niños, ya que a medida que van creciendo, debemos ayudarlos a que se encuentren cada vez más con Dios, y ésto por medio de dos maneras, la primera a través de los contenidos, y la segunda, de manera testominial, la experiencia nos habla a las claras que los niños aprenden más mirándonos que escuchándnos.
"Todo el misterio y el milagro de la educación reside en este juego interactivo y constructivo entre el maestro y el alumno. Lo mismo sucede en la adolescencia y en la edad adulta." El milagro será también, cuando ellos puedan llamar, conocer y dejarse guiar por Jesús Maestro, quien nos dará a conocer las cosas que oyó de su Padre. En la catequesis, nos esforzamos por enseñar , muchas veces contenidos, y a través de ellos, la Fe se va filtrando de a poco, tenemos que confiar en el Señor, ya que El hará que esa Fe vaya creciendo, que se vaya arraigando en el corazón del niño y a través de éste en el contexto familiar.
No debemos olvidar, que a medida que el niño crece, la comprensión será cada vez más compleja, ¿qué quiero decir con esto? Que no debemos seguir usando los mismos recursos "didácticos" que usamos en la 1ra comunión, que en la preparación a la Confirmación, el niño ya es adolscente y tiene otras preocupaciones, dudas, formas de comprender, debemos adaptar el Anuncio Kerigmático, a cada una de las edades de las Personas a las que estamos Catequizando.
Fragmentos tomados del artículo "No hay límites para aprender." de A. Battro.
"Tanto en la vida cotidiana como en la escuela los niños funcionan en diferentes niveles de comprensión y de habilidad. Un funcionamiento óptimo exige un apoyo explícito del maestro. Cuando ese soporte desaparece muchas veces también decae el nivel de aprendizaje, que se vuelve a recuperar, transitoriamente, con un nuevo apoyo, hasta que finalmente se estabiliza en el nivel óptimo." El apoyo que propone Battro para la comprensión de los niños, la asemejo al acompañamiento que los catequistas debemos tener para cn los niños, ya que a medida que van creciendo, debemos ayudarlos a que se encuentren cada vez más con Dios, y ésto por medio de dos maneras, la primera a través de los contenidos, y la segunda, de manera testominial, la experiencia nos habla a las claras que los niños aprenden más mirándonos que escuchándnos.
"Todo el misterio y el milagro de la educación reside en este juego interactivo y constructivo entre el maestro y el alumno. Lo mismo sucede en la adolescencia y en la edad adulta." El milagro será también, cuando ellos puedan llamar, conocer y dejarse guiar por Jesús Maestro, quien nos dará a conocer las cosas que oyó de su Padre. En la catequesis, nos esforzamos por enseñar , muchas veces contenidos, y a través de ellos, la Fe se va filtrando de a poco, tenemos que confiar en el Señor, ya que El hará que esa Fe vaya creciendo, que se vaya arraigando en el corazón del niño y a través de éste en el contexto familiar.
No debemos olvidar, que a medida que el niño crece, la comprensión será cada vez más compleja, ¿qué quiero decir con esto? Que no debemos seguir usando los mismos recursos "didácticos" que usamos en la 1ra comunión, que en la preparación a la Confirmación, el niño ya es adolscente y tiene otras preocupaciones, dudas, formas de comprender, debemos adaptar el Anuncio Kerigmático, a cada una de las edades de las Personas a las que estamos Catequizando.
Fragmentos tomados del artículo "No hay límites para aprender." de A. Battro.
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